En estos tiempos de facilitación tecnológica, de conocimiento superfluo al alcance de un click olvidamos, (mientras el implacable reloj del tiempo juega en nuestra contra), que todo aquello que pretendamos incrustar en nuestras vapuleadas neuronas precisa de un esfuerzo notorio, de un nivel de concentración que riñe con la inmediatez visual y los automatismos cibernautas.
La mayor parte de las veces poco reforzante rutina deja paso a escasos momentos de asueto, en los que cada cuál pueda satisfacer mediante gratificaciones de mayor o menor calado (los baremos tantos como personas y mapas mentales) sus reducidos espacios personales.
El aprendizaje se nutre de la repetición y muere con la impaciencia...es por eso que el conocimiento, la apertura o la realización requieren de la constancia: remen sin pausa y saborearán laureles de gloria, cultiven en época propicia y el fruto obtenido hará que olviden la dureza del trabajo.
Sirva esta reflexión previa a modo de presentación de una tanda de entradas relacionadas con el estudio de los alfabetos japoneses en un intento (modalidad autodidacta compartida) de subsanar la propia pereza enraizada en años de distanciamiento con mis propios orígenes.
El método extraído del libro "Kana para recordar" se vale de reglas mnemotécnicas que consiguen relacionar las sílabas de los dos alfabetos japoneses (Hiragana y Katakana) con historias o imágenes, de tal modo que cualquier persona no familiarizada con un poco de empeño podría aprender a identificar y escribir los dos silabarios.
¿Se animan? (valga este atajo mental como entrenamiento para el futuro...).
Y como primera lección una breve explicación acerca de los alfabetos mencionados:
El sistema de escritura chino fue introducido en Japón en el s.VI; durante muchos siglos, unos 970 caracteres chinos (kanji) fueron utilizados como símbolos de las 88 sílabas con las que contaba el idioma japonés.
A mediados del s.VIII algunos de estos kanji fueron sustituidos por formas curvilíneas que originaron el primer silabario fonético: Hiragana.
HIRAGANA
El sistema de escritura chino fue introducido en Japón en el s.VI; durante muchos siglos, unos 970 caracteres chinos (kanji) fueron utilizados como símbolos de las 88 sílabas con las que contaba el idioma japonés.
A mediados del s.VIII algunos de estos kanji fueron sustituidos por formas curvilíneas que originaron el primer silabario fonético: Hiragana.
Actualmente el hiragana se utiliza para:
- Escribir palabras propiamente japonesas.
- Añadir desinencias a algunas palabras escritas en kanji.
- Escribir palabras cuyos kanji están fuera de las listas estándar que se enseñan en las escuelas.
KATAKANA
Deriva también de los kanji chinos, de los cuales tomaron una parte para representar sonidos particulares. Se escribieron con estilo rectilíneo para diferenciarlas del hiragana.
Se utiliza para:
- La escritura de préstamos de idiomas extranjeros (incluidos nombres propios).
- Onomatopeyas.
- Hasta la llegada de la era informática, también se utilizaba en los telegramas.
Doumo arigatou gozaimasu Hana San
ResponderEliminarGracias a Ud. por ser tan fiel a este dúo de dos.
EliminarMuy buena la reflexión, y la apertura a un mundo, nuevo para mí
ResponderEliminarGracias Carmen, anímate a seguir las lecciones :)
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