i

sábado, 1 de noviembre de 2014

DIVINA COMEDIA


Una comedia puede tener contenidos dramáticos pero se diferencia de la tragedia porque su desenlace suele implicar un final feliz. 
 
Bendita comedia.
 
Una comedia también puede ser una farsa en la que todos los actores componen la trama: únicamente el despiece quirúrgico de los personajes podría dar una explicación medianamente acertada a los hechos y situaciones que se planteen en la historia contada.

Divina Comedia.

Introducción, nudo y desenlace...toda narración tiene un principio y un fin y cada personaje  de acuerdo con sus propias reglas decide qué paso ha de dar para adelantar o alargar la conclusión.  Las reglas de cada cual marcarán su camino con la consiguiente moraleja final sólo accesible a los más receptivos.

Infierno, purgatorio y paraíso...o de cómo siempre es posible la redención. 

Decidir y asumir.

Cada vida es una comedia.

O un drama...
 

 



viernes, 5 de septiembre de 2014

Sublimar


Somos lo que decidimos hacer con nuestra energía. Sólo hemos de canalizarla en actividades o estados que nos permitan expresar aquello que nos identifica. Llamen pulsión a la energía y sublimación a su expresión y manejaremos una teoría psicoanalítica en toda regla. 
 
A menudo no somos conscientes de que "vivir" implica "convivir"; acostumbrados a una sociedad que promulga el egoísmo y la competitividad, canalizamos esa energía intentando destacar por encima de todo y generando, en muchos casos , una patológica intolerancia a la frustración.
Convivir o vivir con el prójimo, significa respetar, caminar con, acompañar. Y sólo eso, caminar con otros, respetarles, permitir que te acompañen, ser respetado...merece el existir en el coexistir, el vivir en el convivir.

Los pulsos emocionales -reconozcámoslo- únicamente reflejan poca confianza en las propias aptitudes: de nuevo la frustración        hace su aparición en aquellas personalidades  que necesitan demostrar su valía  constantemente frente al menoscabo de las  valías ajenas o simplemente anteponer su  particular orden de cosas para asegurar los  propios cimientos. 

Personalmente, este viernes de septiembre, me declaro afín a las teorías del fundador del psicoanálisis...
 





sábado, 1 de marzo de 2014

Emocionarse

Emoción: Alteración del ánimo intensa o pasajera, agradable o penosa que va acompañada de cierta conmoción somática.
 

Hay épocas especialmente convulsas en la vida, incluso me atrevería a decir que lo que hay son personas que lo son o que no lo son. Me encuentro entre las primeras.
Cada cual es convulso a su manera y según sus parámetros, condicionados a su vez por variables contextuales y de aprendizaje.
Sumémosle a una época convulsa una tendencia emocional flagelante y la alteración y la conmoción vendrán servidas y anidarán sin remedio en los ánimos frágiles.
En la amalgama de situaciones que configuran la existencia vamos dando tumbos entre algún que otro paso firme y en muchas ocasiones vemos pasar la vida de lado, obcecados y tremendamente asustados, queramos o no reconocerlo. Nos obcecan las imposiciones externas y las propias que sin darnos cuenta van tejiendo una red extensa que sirve de contención pero al mismo tiempo nos enmaraña y complica la elección de caminos alternativos (he ahí el miedo).

Me hallo entre quienes tienen  la oportunidad  de poder observar en una porción significativa de congéneres el dramático resultado de los devenires individuales: miseria, soledad, lucha encarnecida por el derecho a una vida digna, resignación dolorosa de los apartados por la sociedad, anhelante necesidad de la atención de un igual...
La rueda de la fortuna paró para algunos en la latitud o época adecuada y ese hecho fortuito diferencia un tipo de vida u otro. Si obtuvimos recompensa, como nos viene dada, no la valoramos y hemos de ir llenando de premios una saca que ya venía de por si cargada: lo que nos satisface y agrada suma, lo contrario la va vaciando. El resultado final, la auto percepción adecuada a nuestro nivel de logro en las áreas que para cada cual sean más importantes.  El apoyo social siempre balancea las sacas más descompensadas y es la necesidad de recibirlo la que nos convierte en seres agónicamente vulnerables en las etapas finales.

Épocas y personalidades convulsivas...siempre la consciencia otorga la objetividad necesaria. Sean o no convulsos, tejan o no sus propias redes, llenen sus sacas o vacíenlas...pero no se auto engañen: las emociones pasan por una explicación de las mismas pero ésta es segada en gran proporción. Sientan desde el convencimiento de ser nuestros peores enemigos y discernirán  qué emociones merece la pena destripar y guardar a buen recaudo y cuáles son fruto de tozudeces o simple repetición de patrones aprendidos.

sábado, 8 de febrero de 2014

Raíces


Y aquel día de viento no opuso resistencia

Mientras los demás se asían con sus raíces imaginarias

Al suelo firme…

 

domingo, 22 de diciembre de 2013

El día Edo

"El 20 de junio es el "día Edo" una celebración especial que la familia Edo inventó en conmemoración de sí misma.
A continuación, relato las actividades que se suceden durante el día Edo.En primer lugar, mi abuela, mi madre y yo intercambiamos El saludo de rigor : " Buenos días, Aiko. Buenos días, Masako. Buenos días, Midori. " Normalmente, nos saludábamos todas las mañanas porque si no lo hacíamos, mi abuela se ponía hecha una furia. Pero mientras que el resto del año bastaba con un simple "Buenos días", el 20 de junio teníamos que utilizar la fórmula completa. Era un ritual que no hacíamos ningún día del año, ni siquiera el primero de enero.
A continuación viene el intercambio de regalos.
A la hora del desayuno, mi madre, mi abuela y yo nos reunimos en torno a la mesa, cada uno con dos sobres de papel. Debemos escribir la palabra "Gracias" en ambos sobres. Es imprescindible que esté escrita a tinta, no valen los bolígrafos ni los rotuladores. De lo contrario, mi abuela también ponía el grito en el cielo. Yo pongo mil yenes en cada uno de mis sobres, mi madre pone dos mil en los suyos y mi abuela, tres mil. Tras una leve inclinación de cabeza, cada uno de nosotros entrega sus sobres a los demás. Durante la entrega y recepción de los sobres, nos dedicamos breves reverencias y sonrisas, pero no por imposición de mi abuela, sino porque nos parece de mala educación dar y recibir dinero con cara de poco amigos. Es una especie de acuerdo tácito entre los tres.
Luego viene la siesta.
Si es un día festivo, dormimos la siesta en la habitación, los tres juntos. Los días laborables, cada uno busca el mejor momento para echar una cabezadita en su lugar de destino: yo en el colegio y Aiko en el tren, en una cafetería o en la biblioteca. Puesto que se trata de un ritual para atraer la salud, en caso de que nos sea imposible dormir la siesta, la intención es lo que cuenta.
El siguiente acto es la puesta de sol.
Pase lo que pase durante el día, al anochecer tenemos que estar de nuevo en casa. Nos quedamos los tres de pie en el lavadero donde tendemos la colada y contemplamos la puesta de sol. Como hay más edificios altos que antes, no alcanzamos a ver la línea del horizonte, pero si miramos en aquella dirección vemos el extremo superior del sol escondiéndose a lo lejos. Nos quedamos allí, en silencio, hasta que el disco rojo se ha hundido por completo. Ese día nunca llueve, quizá porque es el día de la familia.
Por último, viene el despilfarro. 
Después de la puesta de sol, cada uno de nosotros coge los dos sobre que ha recibido por la mañana y vamos a comprar al supermercado. Con el dinero de los sobres compramos toda clase de artículos prescindibles para la supervivencia, como golosinas, chocolatinas, bebidas y revistas, entre muchos otros. Yo tengo cinco mil yenes, mi madre tiene cuatro mil y mi abuela, tres mil. Es mucho dinero.
El despilfarro es el acto que culmina el día Edo. Es una celebración única, una fiesta conmemorativa familiar al margen del día de la madre, el día del padre y el día del niño."
 
 
Justo en la antesala de la Navidad, leo este fragmento del libro "Algo que brilla como el mar", de la autora japonesa Hiromi Kawakami : la imagen de la familia Edo festejando su día lejos de la tradición impuesta, consigue que esboce una sonrisa en una tarde en la que el poso de las primeras felicitaciones empezaba a formar una mueca interna,mitad tristeza, mitad hastío.
No sería en absoluto original hacer un alegato anti navideño : estoy segura que hay gente que disfruta de estas fechas porque le traen gratos recuerdos y suponen una excusa para pasar ratos agradables en buena compañía . Es el sentir de la mayoría, a quien no entusiasma la parafernalia que conlleva pero se deja llevar por lo que de positivo pueda suponer. Otros tantos, renegarán sin duda y con motivos más que fundados sobre estos días para ellos artificiales y repletos de compromisos de los que huyen el resto del año (véanse las familias de estampa y las familias no tan estampiles o estampadas). Cada cual lo vive a su manera, claro está...pero no me negarán que el día Edo tiene un regusto de autenticidad que ya quisieran muchas celebraciones para sí....

miércoles, 20 de noviembre de 2013

UNO DE HADAS

camiseta hadas diyAdalina no era un hada normal. Nadie sabía por qué, pero no tenía alas. Y eso que era la princesa, hija de la Gran Reina de las Hadas. Como era tan pequeña como una flor, todo eran problemas y dificultades. No sólo no podía volar, sino que apenas tenía poderes mágicos, pues la magia de las hadas se esconde en sus delicadas alas de cristal. Así que desde muy pequeña dependió de la ayuda de los demás para muchísimas cosas. Adalina creció dando las gracias, sonriendo y haciendo amigos, de forma que todos los animalillos del bosque estaban encantados de ayudarla.
Pero cuando cumplió la edad en que debía convertirse en reina, muchas hadas dudaron que pudiera ser una buena reina con tal discapacidad. Tanto protestaron y discutieron, que Adalina tuvo que aceptar someterse a una prueba en la que tendría que demostrar a todos las maravillas que podía hacer.
camiseta hada
La pequeña hada se entristeció muchísimo. ¿Qué podría hacer, si apenas era mágica y ni siquiera podía llegar muy lejos con sus cortas piernitas? Pero mientras Adalina trataba de imaginar algo que pudiera sorprender al resto de las hadas, sentada sobre una piedra junto al río, la noticia se extendió entre sus amigos los animales del bosque. Y al poco, cientos de animalillos estaban junto a ella, dispuestos a ayudarla en lo que necesitara.
- Muchas gracias, amiguitos. Me siento mucho mejor con todos vosotros a mi lado- dijo con la más dulce de sus sonrisas- pero no sé si podréis ayudarme.
- ¡Claro que sí! - respondió la ardilla- Dinos, ¿qué harías para sorprender a esas hadas tontorronas?
camiseta hada DIY- Ufff.... si pudiera, me encantaría atrapar el primer rayo de sol, antes de que tocara la tierra, y guardarlo en una gota de rocío, para que cuando hiciera falta, sirviera de linterna a todos los habitantes del bosque. O... también me encantaría pintar en el cielo un arco iris durante la noche, bajo la pálida luz de la luna, para que los seres nocturnos pudieran contemplar su belleza... Pero como no tengo magia ni alas donde guardarla...
- ¡Pues la tendrás guardada en otro sitio! ¡Mira! -gritó ilusionada una vieja tortuga que volaba por los aires dejando un rastro de color verde a su paso.

camiseta hadas diyEra verdad. Al hablar Adalina de sus deseos más profundos, una ola de magia había invadido a sus amiguitos, que salieron volando por los aires para crear el mágico arco iris, y para atrapar no uno, sino cientos de rayos de sol en finas gotas de agua que llenaron el cielo de diminutas y brillantes lamparitas. Durante todo el día y la noche pudieron verse en el cielo ardillas, ratones, ranas, pájaros y pececillos, llenándolo todo de luz y color, en un espectáculo jamás visto que hizo las delicias de todos los habitantes del bosque.
Adalina fue aclamada como Reina de las Hadas, a pesar de que ni siquiera ella sabía aún de dónde había surgido una magia tan poderosa. Y no fue hasta algún tiempo después que la joven reina comprendió que ella misma era la primera de las Grandes Hadas, aquellas cuya magia no estaba guardada en sí mismas, sino entre todos sus verdaderos amigos.


camiseta hadas diy
 Camisetas de niña By S


 MATERIALES:

- Camisetas básicas de colores
- Tela Hadas Michael Miller
- Fliselina doble cara para pegar las telas a la camiseta 
- Tachuelas pequeñas
- Cinta de terciopelo
- Botones y flor de resima para decorar













martes, 5 de noviembre de 2013

LAS COSAS QUE REALMENTE IMPORTAN...POR ISABEL PÉREZ BURRULL


Hay cosas de las que uno nunca se olvida. Y otras, como los olores, que permanecen somnolientos en la memoria, y duermen hasta el momento en el que vuelves a percibirlos. Chile huele a leña en invierno. Y a cilantro el resto del año. Londres siempre me recordaba al olor del zumo de manzana. Nada es igual cuando un buen amigo te despide con un "hasta que nos volvamos a oler". Las cosas que realmente importan, en ocasiones, se ven mermadas por grandes objetivos. Por deseos del futuro y nostalgias del ayer. Éstas últimas, en definitiva y por lógica, cada día que pasa, están más lejos. He jugado a terapias en bicicleta, a fotografiar los muros de Santiago de Chile a través de sus palabras, a elegir una de decenas de cervezas diferentes (bendita herencia alemana en este recóndito lugar del mundo), a buscar en el transcurso de una conversación, torpe y acelerada, sinónimos al verbo coger. Y todo me lleva siempre a lo mismo: Santiago no huele a mar. Por eso me gusta asomarme al Pacífico de vez en cuando. Dos horas por la Panamericana y sus peajes son un chiste cuando el océano se hace tan grande y gris ante mis ojos. Es entonces cuando hago las paces con este país. Ya no me siento fuera de lugar. Llegué hace más de un año y las pequeñas cosas han construido colores y olores que me hacen entornar un poco los ojos y sonreír disimuladamente. Las eses y las zetas ya no son un desafío mientras que aprendí que retar era reñir y los tacos son tacones y garabatos. Ya coloco el po tras una frase que pretendo enfatizar, disfruto los días después de una tormenta, encontrándome la cordillera allá donde mire y el nudo se aprieta en mi garganta cuando pienso en ese momento en el que por fin me encuentre viendo el Cantábrico a través de una galería verde. Creo que uno nunca ha de pasar ajeno ante algo que te sorprenda, e incluso, debe ponerse de puntillas para ver si se acerca. Siempre atenta, a un nuevo olor, una buena conversación, un desconocido por conocer. Pero sin perder de vista los besos de buenos días a los que ya hace años me acostumbré y una canción de Extremoduro mientras pedaleo. Eso es lo que realmente importa y hace más pequeña la distancia que hay entre los dos hemisferios, donde día a día, trato de tener un pie en cada uno de ellos, para no olvidar, pero también, para no perder detalle de las nuevas pequeñas cosas.

ISABEL PÉREZ BURRULL